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Finalmente la carrera escogida fue Comunicación. “Me gusta ver fútbol. Es lo que más me gusta hacer”. Lo más cercano era periodismo. Icfes. Formularios para otras opciones de carreras. Listo. Fui aceptado.

Iniciar. Flota repleta de gente. Calor ¿ventana abierta a las 6 de la mañana? No. De ninguna manera. Completamente cerrada. Siempre. Calor permanente. Sudor en ventanas. Gotas que bajan. Las sigo en su agonía. Campesinos y gentío estudiantil. Paraderos, muchas “habichuelas” se suben para ir a lo de ser odontólogos otros a ingenieria, otros, nosotros a… “córranse para atrás que hay espacio”. Repaso mental materia información quiz de actualidad “el nombre del fiscal, fácil. ¿el procurador es…”. Frenón. “Tsssss”, suena el freno de flota.

Incertidumbre acomodada de maleta en el hombro, pisotón. “Que pena”. “Tranquila (idiota). Me miras, desconocida. “Hola” con las cejas y mirada de nuevo al sudor de las ventanas cerradas. “El Procurador General es… (qué calor tan !”·$%&/#@@!!) “Disculpe que lo despierte, señor, señor (voz tono y movimiento en el hombro del señor una y dos veces con intensidad desesperante), ojo rojo ultratumba te mira y no te enfoca, mientras le sueltas el “¿puede abrir la ventana un poco por favor?”. “¿Qué?”. Ah no. Sordo no. Ni modo. “Abran la escotilla por favor” Delirio. “Como se llama el bendito Procurador”. Calor. Sudor. Manos negras untadas de tubo. “Voy a La Sabana”, “$700, $800”, no me acuerdo lo que pagaba. “Deme suelto”, “no tengo más” “¿tiene $100?”. Gentío. Mano. Bolsillo. Monedas caen entre millones de pies. “Por acá por favor, gracias”. Aire puro de las 7 y 30 de la madrugada. Frio a los tres segundos. El calor se fue en la flota.

Neblina. Vacas a medias. Universidad que surge como de una nube gigante. Frío berraco. Helado hasta el hueso. Manos en bolsillos y paso rápido. Compañeros, profesora, clase, tarea, quiz, trabajo en grupo. Recreo café cigarrillo. Me gusta esa. “Esa es fea”, “no la de saco azul”. “Ah, si esa es divina, tiene novio”. Le gusto a la gorda. “Jajaja”. Me encanta esa mona. “¿Me miró?” “¿Quién?” “¿Leyó las fotocopias?” “¿Cuáles?”

Cuarto semestre de Comunicación Social y Periodismo: “Quiero ser periodista deportivo…” Nada. Historia, teología, sociología, economía, derecho de y a la información, estadistíca: en rojo. Redacción, español inglés. Periodismo deportivo: mamola. Pasan los años. Radio Televisión, Cine. Fotografía. Si, fotografía. I love Photography.

Mi mamá cuando corría el año 1994: “Te patrocino locución o un taller que te consigas de fotografía”. Conseguí el curso, mamá. En la Alianza Colombo Francesa. Me regalaste mi primera cámara de fotos. Gracias por eso y por todo lo que me das en la vida. La cámara la tengo todavía. Análoga. Canon. Estupenda.

Cinco años de carrera. Cero periodismo deportivo. Miles de fotos. Ese oficio se volvió mi vida entera. Un oficio que no es trabajo. El placer de congelar pedazos de la vida misma y de la gente. Gente increíble, maravillosa tediosa odiosa inmamable amable chistosa. Aprendes abrazas retratas. Viajas. Creas. Gustas. Te llaman y te llaman. Si que me gusta el click imagen prueba y error conexión pasión amor.

Propósito para el 2015: Retratos muchos retratos

Muy contento con todas la experiencias vividas en el 2014, con el apoyo de mi familia, de los seguidores; el encuentro con mucha inspiración que dan los viajes, los libros y los nuevos amigos. Aprendí bastante. Y conocí gente maravillosa con la que tuve el privilegio de compartir conocimientos.

En este 2015, la idea es mejorar, aprender de los errores, practicar y hacer más amigos. Se dibuja en el horizonte una línea muy interesante con proyectos fotográficos que me ilusionan. 

Uno de mis propósitos para este año, a parte de comer mejor y ver más fútbol, es avanzar en mi libro "Retratos que hablan", iré publicando avances para que vayan conociendo a los protagonistas.

Sin duda, incluiré anécdotas de las sesiones de fotos que he tenido con personajes que ya hacen parte de un pedazo de la historia de mi vida: como mi encuentro mágico con Fernando Botero en Londres, la contra reloj con Luis Alberto Moreno, los cinco minutos con Falcao, etc. 

Esta es la oportunidad que me da la Revista Bocas con cada invitación que me hace a tomar fotos a personajes que entrevistan.

Me preparo para mi séptima y feliz portada de la Revista Bocas!

Acá una de las fotos que le hice a Juan Pablo Montoya para el número de diciembre!

juan pablo montoya

 

Bocas: Mis cinco minutos de gloria con Caterine Ibargüen

Esta es la historia de un par de fotos que le tomé a Caterine Ibargüen en octubre de 2014 para la Revista Bocas. Una de ellas me la soñé como portada. Sería el riesgo de intentar lo que no se había hecho. Era seguir con la idea de convertir a las estrellas en íconos. 

De la querida atleta de Apartadó, Antioquia les digo que es una "bacana" completa. Es alegría al cien. Es una ganadora. Recuerdo el orgullo que sentí cuando a punta de "berraquera" colombiana y corazón (estaba lesionada de una pierna), consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En ese momento, con ella, saltaba triple todo un país hacia la gloria!

Cuando la Revista Bocas me invitó a tomarle fotos a la mejor atleta del país y muy posiblemente a la mejor atleta del mundo en este momento, sentí una enorme emoción y por su puesto, un gran honor!

Sucedió que me avisaron de las fotos dos semanas antes de la sesión. Tuve, como cosa excepcional, tiempo para pensar. Como les decía, terminé soñando con la foto. Sin embargo, con todo el tiempo que tuve para pensar, ese sano ejercicio no pasa de ser una ilusión porque cuando se llega el momento de hacer click, se puede diluir todo lo pensado, en segundos.  

Antes de soñarme con la foto, mi cabeza dio muchas vueltas. Estudié opciones. Vi fotos. Leí sobre ella. Vi más fotos. Pero no reventaba la idea. Pasaba el tiempo y no tenía una idea que me diera la tranquilidad. Sabía que Caterine era una negra linda con un cuerpazo y una sonrisa de concurso. 

¿Qué hacer con ella sin saber dónde se tomarían las fotos? 

"Vamos a ser portada", me dijeron. "Vamos a tomar las fotos en un hangar". "Nos van a dar como cinco minutos con ella". Era claro que iba a ser un reto y a contra reloj.

Mi ejercicio entonces fue pensar cómo hacer una foto histórica, con recordación, con impacto visual, en formato vertical para portada y, claro, en cinco minutos! 

El reloj de arena imaginario, me decía que se llegaba el momento de las fotos y necesitaba una respuesta correcta y ganadora. 

Después de echarle bastante cabeza, se me aparecieron dos imágenes en la cabeza: una saltando verticalmente y otra en la que estuviera sentada abrazando sus piernas. Esa última me daba la sensación que podía ser interesante si se lograba. 

Para la foto del salto, pensando en portada (vertical), sabía que no podía ser un salto horizontal. ¿Cómo decirle que saltara verticalmente? Ahí fue cuando se me ocurrió llevar una cuerda. Claro, le diría que saltara cuerda. Segunda foto resuelta. 

Cuando llegamos al hangar, una hora y media antes de la hora acordada, nos encontramos con algunos obstáculos. "Tiene que estar vestida con la marca", "No pueden hacerse acá porque el flash puede interferir con las luces del fotógrafo de la marca", "Este es el sitio para las fotos", me indicaron un rincón pequeño. Casi se me enredan las ideas con las que llegué.

Sin embargo, y a pesar de las limitaciones adicionales al tiempo, con mis asistentes Andrés Nava y Jorge Magallanes, optamos por mantener vivas las ideas originales. El reto era saber aprovechar nuestro rincón de la mejor manera.

Cuadramos las luces. Usaría el octabank como luz principal, fondo totalmente negro y dos speedlights como luces de contorno. Listo el montaje. Hicimos las fotos de prueba.

Llegó Caterine. Bonita. Alta. Fuerte. Femenina. Estaba un poco seria. Me presenté y le expliqué qué haríamos. Hicimos dos fotos con el vestuario de Herbalife y luego decidimos la pinta que usaría para las otras fotos. Se cambió rápido y arrancó nuestra carrera contra reloj. Poco a poco la seriedad se convirtió en risa. Habíamos roto el hielo. Tomamos fotos de cara y medio cuerpo. Pon las manos en la cintura, así, como la mujer maravilla. Eso. Clic.

Segundos después, llegó el momento de lanzar mi primera flecha: ¿Te puedes quitar los zapatos y las medias? le pregunté dándole tiempo para que lo pensara. "Déjame ver cómo tengo las uñas... están bien", dijo Caterine. Listo, te puedes sentar ahí por favor y te abrazas a tus piernas con todo el cariño del mundo... Perfecto. Un par sonriente. Un par seria. Un par sin expresión. 

Segunda flecha: Me gustaría que ahora hicieras unos saltos con este lazo. "Está bien, pero me tengo que poner los tenis porque no me quiero lastimar los pies", aceptó.

Click click. Un par de chistes. Un par de sonrisas. Un par de saltos. Y se acabaron los cinco minutos de gloria con Caterine Ibargüen.

En consejo editorial tomaron la decisión de irse por las fotos que hice de cerca y escogieron un retrato de Caterine sonriente, que en la portada diseñada me pareció muy bonita.

Acá les presento la foto que más me gustó de las que tomé ese día y la de Caterine saltando lazo.

Quedé contento de haber logrado las dos imágenes que soñé hacerle a la gran leyenda del deporte mundial.

Y de paso, les presento, más abajo, la quinta y feliz portada que hice para Bocas.

 

caterine ibarguen by pablo salgado