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Bocas: Mis cinco minutos de gloria con Caterine Ibargüen

Esta es la historia de un par de fotos que le tomé a Caterine Ibargüen en octubre de 2014 para la Revista Bocas. Una de ellas me la soñé como portada. Sería el riesgo de intentar lo que no se había hecho. Era seguir con la idea de convertir a las estrellas en íconos. 

De la querida atleta de Apartadó, Antioquia les digo que es una "bacana" completa. Es alegría al cien. Es una ganadora. Recuerdo el orgullo que sentí cuando a punta de "berraquera" colombiana y corazón (estaba lesionada de una pierna), consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En ese momento, con ella, saltaba triple todo un país hacia la gloria!

Cuando la Revista Bocas me invitó a tomarle fotos a la mejor atleta del país y muy posiblemente a la mejor atleta del mundo en este momento, sentí una enorme emoción y por su puesto, un gran honor!

Sucedió que me avisaron de las fotos dos semanas antes de la sesión. Tuve, como cosa excepcional, tiempo para pensar. Como les decía, terminé soñando con la foto. Sin embargo, con todo el tiempo que tuve para pensar, ese sano ejercicio no pasa de ser una ilusión porque cuando se llega el momento de hacer click, se puede diluir todo lo pensado, en segundos.  

Antes de soñarme con la foto, mi cabeza dio muchas vueltas. Estudié opciones. Vi fotos. Leí sobre ella. Vi más fotos. Pero no reventaba la idea. Pasaba el tiempo y no tenía una idea que me diera la tranquilidad. Sabía que Caterine era una negra linda con un cuerpazo y una sonrisa de concurso. 

¿Qué hacer con ella sin saber dónde se tomarían las fotos? 

"Vamos a ser portada", me dijeron. "Vamos a tomar las fotos en un hangar". "Nos van a dar como cinco minutos con ella". Era claro que iba a ser un reto y a contra reloj.

Mi ejercicio entonces fue pensar cómo hacer una foto histórica, con recordación, con impacto visual, en formato vertical para portada y, claro, en cinco minutos! 

El reloj de arena imaginario, me decía que se llegaba el momento de las fotos y necesitaba una respuesta correcta y ganadora. 

Después de echarle bastante cabeza, se me aparecieron dos imágenes en la cabeza: una saltando verticalmente y otra en la que estuviera sentada abrazando sus piernas. Esa última me daba la sensación que podía ser interesante si se lograba. 

Para la foto del salto, pensando en portada (vertical), sabía que no podía ser un salto horizontal. ¿Cómo decirle que saltara verticalmente? Ahí fue cuando se me ocurrió llevar una cuerda. Claro, le diría que saltara cuerda. Segunda foto resuelta. 

Cuando llegamos al hangar, una hora y media antes de la hora acordada, nos encontramos con algunos obstáculos. "Tiene que estar vestida con la marca", "No pueden hacerse acá porque el flash puede interferir con las luces del fotógrafo de la marca", "Este es el sitio para las fotos", me indicaron un rincón pequeño. Casi se me enredan las ideas con las que llegué.

Sin embargo, y a pesar de las limitaciones adicionales al tiempo, con mis asistentes Andrés Nava y Jorge Magallanes, optamos por mantener vivas las ideas originales. El reto era saber aprovechar nuestro rincón de la mejor manera.

Cuadramos las luces. Usaría el octabank como luz principal, fondo totalmente negro y dos speedlights como luces de contorno. Listo el montaje. Hicimos las fotos de prueba.

Llegó Caterine. Bonita. Alta. Fuerte. Femenina. Estaba un poco seria. Me presenté y le expliqué qué haríamos. Hicimos dos fotos con el vestuario de Herbalife y luego decidimos la pinta que usaría para las otras fotos. Se cambió rápido y arrancó nuestra carrera contra reloj. Poco a poco la seriedad se convirtió en risa. Habíamos roto el hielo. Tomamos fotos de cara y medio cuerpo. Pon las manos en la cintura, así, como la mujer maravilla. Eso. Clic.

Segundos después, llegó el momento de lanzar mi primera flecha: ¿Te puedes quitar los zapatos y las medias? le pregunté dándole tiempo para que lo pensara. "Déjame ver cómo tengo las uñas... están bien", dijo Caterine. Listo, te puedes sentar ahí por favor y te abrazas a tus piernas con todo el cariño del mundo... Perfecto. Un par sonriente. Un par seria. Un par sin expresión. 

Segunda flecha: Me gustaría que ahora hicieras unos saltos con este lazo. "Está bien, pero me tengo que poner los tenis porque no me quiero lastimar los pies", aceptó.

Click click. Un par de chistes. Un par de sonrisas. Un par de saltos. Y se acabaron los cinco minutos de gloria con Caterine Ibargüen.

En consejo editorial tomaron la decisión de irse por las fotos que hice de cerca y escogieron un retrato de Caterine sonriente, que en la portada diseñada me pareció muy bonita.

Acá les presento la foto que más me gustó de las que tomé ese día y la de Caterine saltando lazo.

Quedé contento de haber logrado las dos imágenes que soñé hacerle a la gran leyenda del deporte mundial.

Y de paso, les presento, más abajo, la quinta y feliz portada que hice para Bocas.

 

caterine ibarguen by pablo salgado




Bocas: Antanas Mockus

Cuando a uno le dicen que va a ir a tomarle fotos a alguien a quien usted admira profundamente, la vaina coge un color increíble. Eso me pasó con el profesor Antanas Mockus.

Llegué a su casa de día. Hice una inspección rápida de dónde haría las fotos. Decisión tomada: en la sala. Cerré todas las cortinas y oscurecí la sala. Puse uno de mis fondos colapsibles Botero tapando la biblioteca. ¿Por qué? Porque me aburrí de mostrar bibliotecas y gente al frente de ellas. Me parece que es un recurso bastante utilizado. Casi listo. Me faltaba una mesa, una silla, hacer unas tomas de prueba y ya.

Me fui para la cocina y vi la mesa perfecta para la pose. Estaba llena de cosas. Le dijimos a la empleada de la casa que nos la prestara. Refunfuñó un poco, pero accedió. Luego la silla y ahora si listos para las pruebas de luz.

Todo cuadrado para las fotos a Antanas Mockus. 

En mi cabeza ya había pasado en que Mockus era un personaje icónico. Como nuestro "Abraham Lincoln" haga de cuenta. Entonces sabía que iba a hacer planos cerrados de su cara. De frente y como foto del DAS: de perfil para ambos lados.

Con algo de dificultad, bajó por las escaleras el profesor Mockus. Lo saludé con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando lo tuve de frente, le confesé que para mí era un gran privilegio conocerlo y saber que le iba a tomar unas fotos, que era un gran honor. Caí en cuenta, escribiendo este texto, que siempre siento lo mismo por cada persona que se para al frente de mi lente: un gran honor de tomarles fotos.

Me pongo corbata, preguntó. Le ayudé a hacer el nudo.. Así que cualquier comentario, venga pa cá.

Y bueno, unas fotos que iban a ser como en 20 minutos se alargaron por casi dos horas. Se alargó porque hicimos muchas variaciones y nos movimos por toda su casa. Además, decidimos hacer la representación de la tirada de agua que fue tan controversial en su momento. Inolvidable el tema.

Lo mejor de la sesión, sin duda, fue que de estas fotos salió la portada de la edición No. 32 de la Revista Bocas.

Acá algunas de las fotos que le tomé al profesor Antanas Mockus.

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Bocas: Beatriz González

Tal vez esta es una de las fotos que me ha dejado más feliz como fotógrafo. Me dejó un buen sabor en la boca este retrato. Y que bien que haya sido publicada en el tercer aniversario de la Revista Bocas. Gran honor.

Cuando llegué al estudio de la maestra Beatriz González, ya había visto algunas de las fotos que le habían tomado antes. Sabía que cabría dentro de las posibilidades que fuera un gran reto fotográfico. Y lo fue. No creo que haya hecho más 10 clicks.

"No me haga reír que no me gusta como quedo en las fotos cuando me río", palabras más, palabras menos, fue el saludo de la maestra santandereana. 

Una caja de luz suave, una luz de relleno a la izquierda de la cámara. Una mesa "perfecta" para pose de manos. Un par de indicaciones sencillas y listos.

Maestra, le dije, por favor escoja sus pinceles favoritos y téngalos en su mano mientras le hago un par de fotos. Gire su cara un poco hacia su derecha y míreme. 

La idea de que su cabeza quedara dentro del caballete me pareció clave, para después en edición darle un look de pintura a toda la foto. Viendo la foto publicada, quedé convencido de que éste había sido un buen retrato. 

Y me alegró haber tenido la oportunidad de tomarle fotos a una, sino la más importante, de las artistas pop de Colombia.

 

Beatriz González_Pablo Salgado