A sus seis años, Mariana ha encontrado en el ballet un espacio increíble para la pasión. No se pierde una clase. Sale feliz a mostrarnos sus pasos nuevos.
Me invitó un día a clase para que le tomara fotos. Antes de empezar, hicimos unas tomas y sentí emoción de verla amando realmente el ballet.
Por eso disfruto este tipo de actividades. Acompañar a mis hijas en sus progresos. Paso a paso.
Estoy seguro que seríamos más felices si invirtiéramos tiempo adicional al baile y a estar con nuestros hijos.