Fue mi segundo personaje para retratar en la Revista Bocas en estos 8 años como colaborador de esta publicación de El Tiempo.
Cuando yo llegué a la casa de Don Chinche, la mismísima casa de don Héctor Ulloa, estaba muy emocionado. Recordé momentos felices en familia. Sobre todo, me acordé de mis abuelitos paternos que no se perdían la serie de Don Chinche y se reían a carcajadas todos los domingos cuando la veían. La referencia que tenía de este personaje era esa, la de una leyenda cómica colombiana que hizo felices a estos viejitos.
Lo vi, lo saludé y le agradecí habernos dado tanta alegría por tantos años. Después hice un recorrido rápido por su casa para ver las opciones de fotos. ¡Había muchas! Y además de eso, siempre tuve presente a Don Chinche como personaje. De manera que le pregunté a Héctor si todavía guardaba el vestuario del personaje. Y me dijo que sí. Entonces le pregunté si había algún problema si se vestía de Don Chinche. Me dijo que no. Y arranqué a hacerle fotos en todo el proceso. Después salimos a la calle. Y me emocioné de principio a fin con esta sesión de fotos que terminó con risas, anécdotas y fotos divertidas.
Después de unos años, Hector me llamó a mi celular. Me pidió el favor de dejarle usar algunas de las fotos que le hice en esa sesión. Me sentí honrado. Feliz. Y esas fotos que me pidió hacen parte de un libro que le hicieron como homenaje.
Acá les comparto las fotos que le hice a este querido personaje.