de nuevo Bogota

De nuevo Bogotá

Así es. Contraste de emociones, sí. Me da mucha tristeza, confieso, dejar la Sultana del Valle. Me va a hacer falta esa calidez humana, ese clima perfecto de las 5 de la tarde. Ese hecho de levantarme sin frío en las mañanas. Poder andar en shorts y chanclas a cualquier hora del día. La piscina a 10 metros y ver cómo aprenden a nadar mis enanas. Las ventanas abiertas. Las chicharras. El chontaduro con miel y sal. La lulada helada. El pandebono. Todo ese sabor rico de la tierra caliente de Colombia. Me quedará para siempre haber visto a mis hijas felices con ropitas ligeras corriendo, montando bicicleta, haciendo amigas todos los días. La visita de los abuelos en las mañanas y en las noches.

Viví feliz en Cali. Mi familia fue feliz en Cali. Y me sentí un caleño más. Gracias.

El nuevo rumbo ya es conocido. Es un destino menos cálido. Ya las cosas no estarán a 5 minutos. Digamos que habrá más caos en la movilidad. Es un sitio exageradamente más grande. Y así mismo hay más oportunidades. Y tal vez eso es lo que nos mueve con sueños y todo: las oportunidades. De manera que volveremos a las medias, pantalones, sacos, chaquetas y de esa manera, volveremos a sentir el calorcito que estamos dejando.

Parte de los sueños que venimos a ver convertirse en realidad tienen que ver con el crecimiento del negocio de la fotografía y los nuevos proyectos en los que hemos estado trabajando, muy pronto saldrán al público con la firme intención de ofrecer alternativas visuales y creativas. Será una maravilla. Y todos, los incluyo, harán parte de una muy feliz experiencia.

Por lo pronto les adelanto que estamos contentos con el movimiento a Bogotá y con muchísimas ganas de verlos a todos pronto. 

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