Me invitaron al Museo del Chicó en Bogotá a ver los diferentes ambientes y escoger dónde haríamos las fotos el día de su matrimonio. Todo muy cordial. Buen encuentro en una tarde veraniega de Bogotá. Ahí conocí a Alejandra y a Pablo. Fue especial. Pero más, cuando me dijeron: "usted es el que manda". "Entonces para ustedes soy Don Pablo", pensé.
Bueno, vamos a los detalles. Todas las cosas pueden cambiar, a pesar de tener todo friamente calculado. Cuando se planea con mucho tiempo de anticipación, lo más seguro es que el día del evento sea totalmente diferente y entonces de qué sirvió haber ido al sitio antes?
Veamos.
Hay cosas positivas y otras que en realidad no hacen la diferencia. Qué hacemos los fotógrafos siempre? Buscamos la luz. Los fondos. Estudiamos poses. Los encuadres. Cuánto tiempo necesitamos en un evento? Depende de lo que esté planeado. Pero aclaremos: Si nos están contratando como fotógrafos para el evento más importante de sus vidas, es porque esperan unas fotos muy bonitas. No? Te llevan para que por favor registres emociones y todas las imágenes que ven en tu trabajo.
Entonces acá planteo unos puntos para tener en cuenta cuando un fotógrafo visita previamente el sitio del evento:
1. Le sugiero que vaya a la hora en que va a hacerse el evento. Por qué ir a las 10 de la mañana si el evento va a ser a las 6 de la tarde? Las condiciones de luz son totalmente diferentes. Mi sugerencia es que si va a ir al lugar del evento, vaya pensando como fotógrafo y en el uso de su principal recurso. Lleve cámara para registrar los posibles lugares donde hará las fotos. Un dato curioso es que hay novios que van a una hacienda a las 11 de la mañana y la escogen para su matrimonio porque el paisaje es es una maravilla y las montañas y todo es increíble, pero cuando les preguntan a qué hora se casan, dicen así, casual: "a las 7 de la noche". ¿Para qué se casan en una hacienda a las 6 ó 7 de la noche? Chao a los paisajes, chao a la luz natural, y saque chaqueta gruesa porque el frío es tremendo después de las 5pm.
2. Conocer a los novios antes del evento es fundamental. Si no viven en su ciudad, hágalo por skype, facetime o con retrato hablado. Claro que es mucho mejor si los puede ver en persona. Saludarlos, interactuar: "Párense ahí. Ignórenme. Muy bien. Caminen de ahí hasta allá. Listo? Eso es lo que haremos el día del matrimonio unas mil veces".
3. Hable con la persona que será la responsable del evento o con la wedding planner. Con cualquiera de las dos, pero una que hable. Hágale preguntas del protocolo, tiempos, etc. Es importante que sepan que usted es un profesional y lo traten como tal. Déjeles claro que usted no le hace fotos a los invitados comiendo porque no salen bien y que es un buen momento para comer. Sólo este par de novios se ven divinamente comiendo. Pero hable de eso. Es importante y busque que lo acomoden en una silla cómoda, en una mesa limpia y que le sirvan su comida bajo techo.
4. Calcule tiempos de desplazamientos para coordinar la logística el día del evento. Si la ceremonia y la recepción serán en el mismo lugar, buenísimo. Eso quiere decir que sólo hay que llegar al lugar, ubicarse y estar listos para la acción sin tener que pensar en moverse a otro lugar. Si es en otra ciudad o a las afueras de su lugar de residencia, coordine su transporte con los novios.
5. Ir al sitio antes puede servir para pensar en plan b y c. Recuérdele a los novios la importancia de la luz para unas buenas fotos. Así llueva. En Colombia, la lluvia puede ser enemiga o aliada. Eso dependerá de su habilidad para usarla como recurso. Y en la medida que nuestra "comodidad" como fotógrafos se vea afectada, nuestro lado creativo tendrá que ser determinante para el éxito fotográfico. Tome nota del plan b y c.
Acá Ale y Pablo. Buenas personas. Enamoradísimos. Especiales. Se ve el viento a su favor.