La quebrada que baja helada de los cerros de Bogotá por donde subo caminando estos días. Se llama La Vieja.
Esta semana he amanecido con mucha energía para iniciar nuevas rutinas. Y he decidido darle tiempo al ejercicio. A las 5.50am pasa el bus por Mariana. Todavía oscuro, nos despedimos de beso apretado. Luego salgo a caminar hacia la montaña. Una hora de aire puro. De gente diciendo "Buenos días". De perros aprovechando la naturaleza para sus gracias. Viejitos. No tan viejitos. Rodillones y de los otros.
Todos van desfilando como hormigas. Unos para arriba y otros para abajo.
Y agárrese a escalar. Duro. Sube y sube. Y el "buenos días" de los que bajan es más reposado. Y yo subiendo. A veces la energía sólo me alcanza para levantar las cejas y hacer un gesto con la cabeza. Mientras doy pasos gigantes para arriba. Delicioso.
El cuerpo lo necesita. Lo agradece. Las piernas se despiertan y la panza baja. Empieza un nuevo día. Con buena energía. Saludable. Buenos días.
Buena música ayuda con el ritmo. Cardíaco.
Mañana voy a salir con la cámara para hacer más fotos de este recorrido. Totalmente recomendado para los que no se animan todavía a madrugar a hacer algo de ejercicio. Una vez arriba, hágale. Arriba se ve todo mejor.
** Actualización: acá presento algunas de las fotos que hice hoy con mi Canon S95.