Boda y despedida

Así fue la de Marcela y Edward hace un par de semanas. La niña de la casa, se casa y se va de casa. Marcela se enamoró de un gringo, lo enamoró, se casaron y se fueron. A ese cuento sólo le faltó el percherón negro. Porque el resto estaba ese día. Pero hubiera sido posible lo del caballo, marchándose al galope hacia un castillo encantado en medio de una luna azul, con dos siluetas sobre el lomo. Este cuento de amor solamente cambió de sede. Marcela y Eduardo se conocieron en Bogotá. Acá se besaron por primera vez y acá se casaron. Mil recuerdos. Pero no será acá donde continúe la historia... ya vendrán otras páginas en este cuento apasionado. Felicidades a los novios.Y a los gringos que por favor no se nos lleven tantos ángeles.