El Trochador

Me invitaron a la Hacienda Casablanca, cerca de Tocancipá. Me fui muy temprano. Todos dormían. Menos unos personajes a quienes les dediqué un rato para hacer fotos. El camión de la leche madrugó como de costumbre y detrás llegué yo con mi cámara. Fue un amanecer diferente. Una hora más tarde tenía unas fotos interesantes y al frente mío, un desayuno sabanero delicioso que compartí con mi familia.

No me importó tanto que no me abrieran tan temprano la puerta de la casona, porque tenía a la mano mi cámara. Estas fueron algunos de esos clicks.

El Caballo

Me encantan. Desde que tenía como 6 años me montaba. No me llegaban los piés a los estribos. ¿Y qué importaba? Galopaba por todos lados. Adoro a los caballos. Me gustaba ver desde que los herraban. Cómo los peinaban. Algunos tenían las trenzas "de las brujas" en su crin. Mi primer caballo se llamaba Palomo. Un verdadero caballo. Enorme. Rápido. Noble. En él me gradué. "Usted es un gran chalán", me decía mi abuelo. Y luego pasé a tener a "Pakistán", un caballo "trochador" espectacular. Mono. Parecido a este que me encontré en Casablanca. Me dio pesar ver a esta bestia amarrada esperando a su patrón para llevar leche. Un poco aporreado en la panza. Le hablé y le di palmadas en el cuello. Le agradecí por las fotos y le prometí que las publicaría. Él me quedó debiendo la "palomita". Ya será.