En la cocina opita!

Increíble. Otra vez metiendo las ñatas en la cocina. Esta vez en La Casa del Folclor en Neiva, Colombia. Afuera 34@#$%ˆ&* grados C (no encontré la bolita de los grados). En fin, en la cocina eran unos 20 grados más. Pero se le olvida a uno el tema del calor entre gente tan querida y tanta cosa pasando... Cómo se llama ella? pregunté señalando a Eva. Alguien dijo "Eva". Eva! grité discretamente... y Eva me miró sin entender... le estaba tomando una foto tipo "shampoo glemo" con el swing del pelo. Pero éste un poco más quieto.

Cada una en lo suyo. Pescado a su olla. Las papas. Los maduros. A la plancha el pollo y la res. Todo como es. Sin maquillaje. "Ocho para la diez", gritaba doña Myriam desde tu butaco alto mientras movía papeles con números y letras raras. Me acerqué y le pregunté si era la jefa. Me dijo que no, pero me dijo "hágale" cuando le pregunté si podía entrar a hacer fotos. Y me fui derecho a la cocina. Comida y cocineras en su oficio. Ollas viejas, hornos en uso después de quién sabe cuánto tiempo. Click!

Con mi cámara de bolsillo a la mano hice muchos disparos. Feliz. Fue un delicioso plan después de darle mate a un asado huilense bajado con jugo de cholupa. Gracias a Sandra Bonilla, quien nos atendió divinamente y además me posó para fotos con su traje típico huilense. Fue una hora de almuerzo absolutamente inolvidable en un restaurante colombiano. Muy opita.










Les juro que Eva no está dentro de la olla de las papas...