¡Viva el amor en Bogotá!

Cuando conocí a Manuela y a Felipe supe que iba a ser un matrimonio fuera de lo común. Y lo fue. Muy muy bogotano. Ocho días antes del evento, hicimos un recorrido por el centro de la ciudad (preproducción) para elegir los lugares de las fotos. Se lanzaron con el First Look. Increíble. Lo pensamos en la Avenida Jimenez con Cra Septima. En toda la pepa de Bogotá. También caminamos por la Jimenez hacia el parque de los periodistas. Subimos a la Plaza de Toros. Y así hasta llegar a Tábula. El lugar que se convirtió en templo, en recepción en auditorio, en rumbiadero. La decoración de Social Paraíso, divina. El vestido de la novia, sencillamente (literal) lindo. Zapato rojo. Novio absolutamente querido. Divertido. Músico. Saxofonista al cien. Y pasaron los días. Cinco años exactamente para que sintieran que eran el uno para el otro. Fue una espera larga pero definitiva. Cuando Manuela lo vio en un encuentro que tuvieron, se dio cuenta que era el man para el final feliz de la historia. A Felipe le pasó lo mismo cuando vio a Manuela. Se abrazaron, se fusionaron, se comprometieron. Y terminamos la gira por el centro. Pasó la semana. Y llegó el día del evento. Sin palabras... sólo imágenes...