"people"

La machita, la machera

"¿Y qué pasa si nos llueve?" A esa pregunta generalmente respondo "Super. Compren unos paraguas lindos y pónganse botas machita". Después de silencios largos y a veces muy cortos, por lo regular descartan verse antes y abominan la idea de la bota negra de caucho.

Con Maria y Juan fue diferente. La historia siguió y nos paramos en la misma página. ¡La machera! "Ya tenemos las botas y los paraguas", me dijo por teléfono Maria dos días antes de la boda. Ahora la fuerza era, entre comillas, para que al menos lloviznara... Pero no llovió a las 4pm hora del First Look!!!

Caminamos por el campo de golf del club Pueblo Viejo y nos entretuvimos haciendo fotos. Después llegó el momento de seguir el protocolo del matrimonio, la ceremonia, la recepción, la rumba que estuvo increíble y un gran recuerdo que quedará para siempre en fotos!

Al final de esta serie de fotos hay algunas del confesionario... donde generalmente uno de los novios da un poquito más de información acerca de temas candentes...

Gracias a Maria y Juan que se aventuraron a cambiar tradiciones y decidieron llevarse unas fotos realmente especiales y diferentes.


Que carajo: Trash the dress!

Si compró el vestido. Si lo alquiló. Hágale. Después del estrés y desestrés del matrimonio póngase el vestido otra vez. Ya no tan maquillada. Ya no tan peinada. Si se ensucia un poquito más el vestido no importa. Tampoco si se acerca un minino con ganas de afilarse las uñitas con el vestido... Hay profesionales en el oficio que le hacen la vuelta de dejarle el vestido como nuevo. Y listos.

A cambio usted queda con unas fotos fantásticas después de su matrimonio. Con pinta de poster. De Fine Art como algunos le llaman a eso. Los gringos por ejemplo le dicen "trash the dress". Acá le diríamos "despedida de casado al vestido". Ya sin afanes. Sin invitados esperando ver a los novios en el coctel de bienvenida. Sin la mamá y la tía puyando para que los novios le apuren y no se tomen más fotos.

Cero estrés. Todo el tiempo del mundo. Y en un escenario como me gusta a mi, poco convencional. Es por eso que en mi búsqueda de hacer fotos que cuenten historias y que saquen del contexto a los novios he encontrado sitios increíbles. Una carpintería, una playa, etc...

Para hacer la cosa más gráfica he decido usar algunas de las fotos que he hecho sobre este tema. Incluyo las del matrimonio de mi hermano Diego y Nella en Chincha, Perú y las de Carlos y Natalia en la Calera., parejas encantadoras que disfrutaron su sesión como nunca. Literal: como nunca. Tomamos las fotos después de su matrimonio. Ya con el corbatín para un lado o sin corbatín. Ya sin la preocupación de los bordes del vestido blanco. Y sin zapatos. Con todo el tiempo en nuestras manos. Mucha arena entre los dedos de los piés y miles de sillas arrumadas entre la viruta.

El "trash the dress" es una sesión de dos horas que le regalo a los novios que me contratan en su matrimonio. O para los novios que ya tienen fotógrafo contratado pero que les gusta tener en sus memorias fotos artísticas, por decirlo de alguna manera. El mensaje también va para todos los novios que tengan por ahí sus vestidos en el archivo del pasado. Los invito a hacerse una sesión de "trash the dress" y gozársela toda.






























Mi otro yo

Ok. Por dónde empezar... De pronto con mi segundo apellido, que desde ahora empieza a coger fuerza.

Ya había buscado mi nombre por google a ver qué pasaba o quién aparecía con mi mismo nombre. Por ahí vi a varias personas con el mismo nombre y apellido. Todos los que vi tenían nombre compuesto. Pero era claro el nombre común: Pablo Salgado.

Hoy me llegó este email:


Hola! vi unas fotos de un matrimonio http://www.facebook.com/#!/photo.php?fbid=10150487045112815&set=a.10150481630432815.375228.696227814&type=3&theater y salia tu firma, me puedes confirmar si fuiste tu el que tomó esas fotografias
 , yo vivo en Machalí Chile, me caso el 17 de noviembre a las 18:45 aproximadamente
  y solo quiero fotografias de mi marido y yo para ese dia necesito que me digas cual es el costo de tu trabajo que me parece maravilloso atenta a tus comentarios.


Confieso que antes de hacer click en el link azul, saqué pecho. Y me vi más internacional que nunca. Después de hacer click, sentí otra cosa. Rara. De piel de gallina. Tengo un colega en Chile que se llama Pablo Salgado y, como yo, dice ser fotógrafo artístico de matrimonios. ¿Ah? Madre mia!

Mandé varias respuestas a ese email. Las primeras fueron de un fotógrafo de matrimonios artísticos que pensaba ser el único con ese nombre, es decir, yo. Hacia el final de los emails, cuando caigo en cuenta de mi homónimo, le explico a la novia que no soy yo a quien ella busca, sino otro Pablo Salgado que está más cerca de ella y quien con toda seguridad la motivó  a buscar su nombre por google. Especulación muy probable.

Buena o mala suerte, el primer nombre que arroja google es el de mi página web. Alguna ventaja debía tener esta versión de Pablo Salgado ¿no?
De todas maneras, ahí debió empezar el desvío de Chile a Colombia por parte de la comprometida y despistada novia.

Cotización enviada, descripción de trabajo enviada, costos, etc... "Me voy para Chile iuju", pensé y dije en voz alta. La ilusión de viajar a Chile a hacer un matrimonio era de piedra... contundente!! Pero ahora después de varios clicks, está virtualmente desmoronada... Sin embargo, falta una respuesta por parte de la novia confundida que claramente publicaré en su momento. Seguramente será la que todos sabemos... y que empieza con "perdona..."

Por ahora, me iré a la cama sabiendo que hay otro Pablo Salgado, fotógrafo, y de matrimonios... y que dice ser, como lo digo yo, un fotógrafo artístico.

Si todos los que nos llamamos igual y nos dedicamos a lo mismo viviéramos en la misma ciudad y trabajáramos en la misma empresa sería divertido. Y fíjese que no es tan imposible como uno pudiera creerlo.

Ha buscado qué hacen sus homónimos? Se puede llevar sorpresas. Google le ayuda. Haga la prueba.



Caminando en Cartagena

Era el matrimonio de Edward y Cata. En Cartagena. Tres días intensos. Miles de cosas por hacer. Poco tiempo. Mucho edamame. Mucha chancla. Era también mi primer trabajo con Nico Fernandez, colega en efeunodos. Buena experiencia. En uno de mis bolsillos muy a la mano, mi Canon S95. Un juguete de verdad. Cena de bienvenida terminada, matrimonio terminado, paseo por muralla y atardeceres... permanente. Detalles de la boda ya casi.

De todo muy poquito. Espero que disfruten este paseo.


 Hotel Santa Clara desde la muralla.

Atardecer con iconos de Cartagena.


Mercadito al frente del Santa Clara. Esperando el edamame en Teriyaki.

La Casa Azul. Buscando locaciones.

Ensayando el blanco y negro en paisaje.

Nico Fernandez posando para foto "viendo enanos".


La Palenquera. Posa para la foto, estira la mano abierta y refunfuña.

Cata y Edward. El día después.

Monumento. Atardecer. Poste.

Cenando con Nico F. Gran tipo.












Hoy estuve con Helmut Newton

Atreverse a ser diferente, disfrutarlo, triunfar y morir tranquilo sin quedarse el la duda de "qué pasará si lo hago de esta manera".

En esta serie de encuentros que estoy teniendo con los fotógrafos que más admiro, quiero compartir lo que me atrae de cada uno de ellos. Y cómo, lo que hacen, funciona perfectamente como material de inspiración en mi fotografía.

Hoy estuve con Helmut Newton -un tipazo, un personaje- y como nos volvimos íntimos, estaré consultándolo bastante para saber qué hacer en ciertas situaciones normales, tradicionales y aburridoras. Él es un maestro en esta materia y me va a decir cómo esas situaciones se pueden volver anormales, cero tradicionales y absolutamente divertidas. Y lograr el milagro a una velocidad de 1/1000 por segundo. Hoy estoy convencido que a esa velocidad es posible alcanzar cosas increíbles.

Me gusta el trabajo de Helmut porque se sale de la fila. Porque encuentra la "perfección" donde nadie la busca. Se para justo en el punto opuesto. Y la encuentra. Me dijo que hay que ver un poco más allá para ser único.







En Revista Bocas: Edgar Perea

Fue una maravilla de experiencia hacer las fotos de Edgar Perea para el número 5 de la Revista Bocas. Tener de frente a uno de los personajes más polémicos del periodismo deportivo es increíble. Un negro simpático, dicharachero, lleno de historias y paciente con la tonelada de fotos que le hice. Acá los dejo con la diagramación de la entrevista y el buen espacio que tuvieron estos retratos.

Para los fotógrafos acá la información de las fotos de los retratos: caja de luz suave a la derecha de la cámara, anillo de luz a la izquierda de la cámara como relleno y el 50mm. La foto de la última página la hice con un gran angular y dos luces, matando completamente la luz ambiente.

Locación: la casa de Edgar Perea.