"banco interamericano de desarrollo"

La contrareloj con Luis Alberto Moreno

"Hagamos primero la entrevista, luego las fotos". Terminó la entrevista. "Ya lo están esperando en la sala de juntas para una reunión con la gente de la Teletón, dura una hora". Esperé. "En 10 minutos tiene que estar en el aeropuerto, podemos hacerla mañana a las 4 en el aeropuerto cuando llegue?". No hay posibilidad, dije. "Cuánto tiempo necesita?": 5 minutos dije y no me tembló la voz. "Mucho tiempo, imposible", me dijeron. Entendí... Ignoré.

Estamos hablando del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Un man bien bajito. Una de las cartas políticas más importantes que tiene el país. Un duro este Luis Alberto Moreno. Y un tipazo. Chiquito, pero enorme.

Pues la sesión de fotos para el artículo fue en el trayecto de su oficina a su carro. Así tal cual. No pudimos usar ninguna de las opciones de "locación" que habíamos visto con la productora de la Revista Bocas. No hubo tiempo. La luz ya se estaba yendo. Fueron mal contados, unos 3 ó 4 minutos. Pero no 5.

Teníamos un par de opciones debajo de la manga. Tanto tiempo de espera nos dio chance de pensar en plan b y c. Y al final, d.

Una puerta de madera. El ascensor. Un hall afuera del edificio. "Por favor entre usted primero, y párese al fondo del ascensor... ignóreme totalmente", le dije y me hizo caso. Repito que esto de darle órdenes a personajes que están acostumbrados a darlas es emocionante. Son mis tres minutos de "jefe". Le vi la cara oscura y le pedí que levantara la cara buscando la luz. Click. No me arrugue la frente por fa, relájese dos segundos. Click.

Para fotógrafos e interesados:
¿Flash? Cero. Todo se fue con luz ambiente. Arriba el ISO, lentes rápidos y sin mirar el paso del tiempo que iba como Usain Bolt y faltaban menos de 100 metros para llegar al carro de Moreno con todo su séquito acelerando a fondo. Vaya hasta allá y camine hacia mí. Métase las manos en los bolsillos y no me mire. Camine mirando al piso y pensando en lo que se viene para usted. Gracias, dije. Lo podemos hacer otra vez? Y lo hizo una vez más.

A unos metros del carro... "Paremos un segundo en ese muro de ladrillo por fa", le di la última orden al personaje mientras me pasaba al 70-200mm. "Aquí?", respondió. "Pegado", le dije. Y click click click. "Por una centésima de segundo necesito que me vuelva a ignorar. Cuando le diga, me mira", le sugerí en buen tono. Hizo caso. Click.

Un abrazo: "usted es un bacán" y chao. Se iba Moreno. Y a la distancia se veía más diminuto el personaje.

Misión era hacerlo ver como un grande...

La buena noticia la recibí hace unos días. "Tus fotos fueron escogidas para portada". Ufffff, que nota.

Tal vez no fui tan rápido como Bolt, pero queda claro que en este tipo de retratos editoriales el tiempo puede pasar de enemigo a amigo si se utiliza con buenos recursos y creatividad instantánea. Tal vez no sea ya una cuestión de suerte solamente.

Esto lo oí en fragmentos de segundo... Le dijo a la secretaria, "esté pendiente que ya me va a llamar Hillary (Clinton). "Carlitos (Carlos Pinzón) que bueno verlo!!" y se abrazaron. A mí: "Que pena hacerlo esperar".


Acá algunas de las fotos y el arte final de la foto de portada e interiores, queda pendiente.

Fotos: Pablo Salgado © 2012