"palma de cera"

Quindio: Montenegro, Salento, Cocora

Viajar por Colombia también agranda el mundo. El viernes llegué a Armenia y me instalé en el Hotel La Tata, Montenegro. Un hotel finca a 300 metros del Parque del Café. Esa fue mi primera visita con mis camaritas de mano a la mano.

Me caminé todos los rincones. Me crucé con mariposas de todos los colores. Con pajaritos felices, esos que cantan "ichajué". Ahi me acordé de mi "ísabel". Tarde tranquila de lluvia fresca. Ahora entiendo el temperamento del quindiano: dicharachero, espontáneo y de buen humor siempre. Vienen de una tierra bendita. Hermosa. Querida. Cálida. Cualquier calificativo cuadra.

El sábado día de matrimonio. Sol cafetero delicioso. Ensalada de atún de almuerzo. Ceremonia en la iglesia del pueblo con abanico ventiao. Salida de los novios en Jipao entre calles llenas de gente silbando y gritando felicidad. Momentos muy lindos en un clima de fraternidad absoluto.

Gente feliz con la felicidad de otros. Que rico. Parada en la Finca Hotel Boutique, El Delirio. Un encanto de lugar. Decoración plagada de amor! Que detalles!! Los colaboradores corrían como hormigas marchando al ritmo del grito cuyabro de Doña Cuqui Uribe. "Es que así es que funcionan bien las cosas... Tráigame por favor una escoba, arreglen la mesa del café que le van a tomar fotos... Venga le muestro la casa... Esta es la foto de mi tatarabuelo... Era el mismo de los Pastrana no le ve los ojos?!... Acá está Manolete cuando vino a Bogotá..."

Cuqui: estricta, mandona, encantadora. Atiende los eventos en El Delirio. Lugares asi en el mundo no creo que haya muchos. Llegaron los novios con los aplausos de voladores y papayera, con negra grande de Colombia ofreciendo sonrisas y chontaduro original.

Luladas heladas acompañaron el atardecer. Eran las 5 de la tarde pasaditas... Invitados echando lora y chistes muy pinchados con sus guayaberas y las invitadas muertas de la risa mientras se alababan sus lindos vestidos. Ninguna de ellas por debajo de los 10 puntos. Y eche abanico!

Fotos de novios esquivando carros en el parqueadero y recurriendo a la creatividad en 20 minutos. Al final resultaron exitosos los abrazos de Lina y Mauricio que entre otras, se niegan a llamarse esposos. "Queremos seguir siendo novios toda la vida", que nota.

Noche de rumba entre amigos bacanos. Buena música. Buen ambiente. Reencuentro con viejos amigos. Queridos. Muy queridos.

Al día siguiente, domingo de puente con desayuno quindiano con un buen café, huevos y arepa tostada; estómago contento y corazón lleno para salir hacia Salento y el Valle de Cocora. Espectacular. Arrieros por todos lados. Trucha con salsa de champiñones como caída del cielo. Retratos con Instagram y la Palma de Cera firme. Soldados de buen corazón y turista boquiabierto. Que paisajes!

Felicidad completa.

Una selección corta de las 3 mil fotos que tomé en el Quindío. Tierra querida.